¿Es necesario fomentar la reducción de peso para combatir la pandemia?

Desde el inicio de la pandemia, los estudios epidemiológicos han relacionado la obesidad con la Covid-19, tanto los riesgos de infección como los riesgos de gravedad y mortalidad. Y a diferencia de otros factores, esta relación ha sido confirmada por sucesivas investigaciones, como las siguientes:

Ante esta evidencia, muchas voces se han alzado, particularmente en la comunidad nutricional, para exigir mayor prioridad en la promoción de una alimentación saludable y más iniciativas en materia de programas de pérdida de peso, como estrategias para combatir la pandemia.

¿Es esta una solicitud razonable?

A continuación expondré brevemente mi opinión. Una opinión personal y discutible, por supuesto.

Pero lo que no está tan claro es su prioridad en esta situación. Dans une situation de pandémie, il est particulièrement important d'obtenir rapidement des résultats à grande échelle, car la maladie évolue très rapidement de l'infection à la mort, en quelques semaines seulement, tuant des vies, perturbant notre société et effondrant nos systèmes de salud. Y en cuanto a las intervenciones para una alimentación saludable y pérdida de peso en este contexto, encontramos las siguientes circunstancias:

Falta de evidencia de impacto real: Aunque existe una gran cantidad de estudios que establecen una relación entre la obesidad y los riesgos de Covid-19, todos son observacionales. Actualmente no se han realizado ensayos en los que se haya promovido la pérdida de peso y se haya confirmado la reducción de infecciones y/o casos graves. Y debido a la dificultad de este tipo de pruebas, dudo que se pueda realizar un estudio como este en un plazo de tiempo razonable.

Poca efectividad y alto coste de intervenciones de este tipo: Lamentablemente, la historia nos demuestra que es muy difícil tener éxito en una intervención de pérdida de peso masiva a medio y largo plazo. Los pocos experimentos de este tipo han dado resultados muy modestos y a un coste elevado (ejemplo). Sólo determinadas intervenciones con grupos relativamente pequeños, numerosos recursos y seguimiento permiten obtener resultados relevantes a corto y medio plazo y los efectos generalmente no se mantienen en el tiempo para la mayoría de los participantes. Por otro lado, el hecho de que la tendencia creciente de la obesidad no se haya revertido en ningún país del mundo es un hecho muy significativo y nada alentador.
Magnitud limitada de beneficios potenciales: Con los resultados de los estudios observacionales citados al inicio del post, podemos extrapolar lo que se podría conseguir con una intervención de este tipo. No es demasiado riguroso, pero puedes hacer el ejercicio. Siendo muy optimistas y en el mejor de los casos se podría conseguir una reducción en torno al 25% del riesgo de infección y a la mitad el riesgo de gravedad, en los casos en los que se mantengan las pérdidas de peso. Pues son valores muy inferiores a los alcanzados durante los ensayos de las primeras vacunas aprobadas, que son hasta 20 veces mejores y además para toda la población vacunada (estudio, estudio, estudio).

En resumen, sin dejar de ser defensor de políticas encaminadas a promover una alimentación saludable y prevenir el sobrepeso, y sin olvidar que durante la situación de pandemia hay que seguir trabajando para promover hábitos saludables, creo que ahora es el momento de dar prioridad a otras estrategias capaces de lograr resultados más integrales, a mayor escala y más rápidamente.

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